ERRATA no livro A Ética e suas Negações

No início do capítulo I. Paternidade e Abstenção, a editora Rocco cometeu um terrível erro: eles simplesmente suprimiram uma linha que prejudica totalmente a compreensão da primeira frase. A frase completa é a seguinte:



Durante toda a história da Filosofia, a Ética tem sido Ética do ser, o imperativo moral básico foi sempre ‘Deve-se viver’, e tudo o resto, uma justificativa desse imperativo.



quinta-feira, 30 de março de 2023

Toda la Nada al Mismo Tiempo


Quiero agregar algunas consideraciones a mi comentario sobre la película TODO EN EL MISMO LUGAR AL MISMO TIEMPO. A pedido de un miembro no brasileño del grupo, agrego también al final la traducción castellana de mi comentario anterior.

YA SABEMOS QUE CALIDAD NO ES SUFICIENTE

Sabemos que el Oscar no es un premio puramente artístico; es también comercial y político. Ya muchas veces hablamos aquí, en este grupo, sobre cómo ser el mejor no es suficiente para ser premiado (Ver mi mensaje “No basta con ser el mejor”, de 30 de diciembre del año pasado, sobre el actor Walter Brennan). Ciertamente, recordando la entrega de Oscar del año pasado, “Coda” no podía ser elegida la mejor película del año en una lista en donde estaba “Drive my car”, de Ryusuke Hamaguchi. De la misma forma, es absurdo que “Todo en todo lugar…” sea elegida como mejor película del año en una lista en donde está “Triángulo de la tristeza”, de Ruben Östlund.

¿INTERPRETACIONES? ¿QUÉ INTERPRETACIONES?

De los siete Oscar dados a este filme, creo que el de Mejor Montaje es plenamente merecido. También se puede admitir el de Mejor Guion (roteiro) original, aun cuando yo piense que el director no puso en imágenes ese guion adecuadamente (y, por tanto, no merece el premio de mejor director). Pero lo más increíble de esta entrega fueron los Oscar de interpretaciones. ¿Qué interpretaciones?

La única que podría justificar su premio sería Jamie Lee Curtis, como la demencial y monstruosa funcionaria de impuestos (curioso que no sé cómo decir “Receita Federal” en castellano). Es una caricatura llena de matices y de cambios, y su desempeño resulta grotescamente memorable (ya vi 3 veces esta película, y desde la primera visión me impresionó mucho esta actriz).

(Dicho sea de paso, no sé si saben que Jamie es hija de dos famosos actores de las décadas de 50 y 60: Janet Leigh y Tony Curtis. Los más jóvenes, claro, no tienen ni la menor idea de quienes fueron estos actores, pero muchos de ustedes recuerdan la escena en la que Janet Leigh es asesinada en la ducha en “Psicosis”, de Hitchcock; ella era la madre de Jamie Lee Curtis, esta nuestra ganadora de hoy).

Pero los Oscar de mejor interpretación para Michelle Yeoh y Ke Huy Quan son simplemente absurdos. No existe ninguna composición actoral en lo que ellos hacen durante el filme. Sólo tienen que poner caras de espanto y de sorpresa, y participar de escenas de luchas y de fugas; sus psicologías, si estaban en el guion, no son exploradas, en beneficio de las escenas de acción, siempre sorprendentes, en las que participan sin respiración. Es como dar un premio al muñequito de la máquina que se mueve sin parar bajo el impacto de nuestros botones.

Es claro que el Oscar a la mejor actriz era de Kate Blanchet, que da una clase magistral de interpretación en "Tär"; y el mejor actor secundario estaba entre el muy joven Barry Keoghan, por su extraordinario Dominic de “Los banshees de Inisherin", o el muy viejo Judd Hirsch, por su papel de Boris en “Los Fabelmans”. Ambos brindan composiciones actorales, y no tan sólo gestos, reacciones primarias y agilidad física.

A continuación, va la traducción castellana de mi comentario anterior, con algunas pocas modificaciones y títulos agregados:

MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA

La entrega de los Oscar, que tuvo lugar esta noche, no me trajo sorpresas. En un mensaje fechado el 7 de febrero, escribí:

Este año Argentina consiguió su octava nominación al Oscar a Mejor Película Extranjera (habiendo ganado dos veces de las ocho), con la película “Argentina 1985”, de Santiago Mitre (...) Pero no va a ganar. El Oscar a la Mejor Película Extranjera es para “Im Westen nichts neues” (en castellano: “Sin novedad en el frente”), película alemana de Edward Berger, basada en la célebre novela de Erich Maria Remarque (1898-1970).

Merecido triunfo de “Sin novedad...” (la última película alemana en ganar este Oscar fue “La vida de los otros” en 2007). En cierto modo, fue la venganza de Alemania sobre Argentina, que la derrotó -injustamente a mi modo de ver - en 2010, con “El secreto de sus ojos”, siendo mucho mejor “La cinta blanca” de Michael Haneke.

TODO SIEMPRE EN LO MISMO

Pero yo quería hablar de la película más premiada de la noche, “Todo en todos los lugares a la vez”, para mí una película perfectamente prescindible, bien representativa del tipo de cine que se hace hoy en día y preferido en todo el mundo, especie de nada filmada con todo de lo que hoy se dispone.

Me enteré de la existencia de esta película a través de un amigo, miembro de este grupo, en septiembre de 2022, y en esa ocasión le envié a él y a otro amigo y miembro un comentario sobre ella, que yo quería ahora hacer conocer a un público mayor, después de la premiación, con algunas adiciones. La película está dirigida por los estadounidenses Daniel Kwan (34 años) y Daniel Scheinert (35 años), y expone una idea filosófica muy atractiva: la frustración del presente y la búsqueda de alternativas, tema presente en la historia de la filosofía europea (desde Platón y las utopías del Renacimiento hasta la semántica de los mundos posibles) y América Latina (ver ética de la liberación, y la idea de que “otro mundo es posible”).

Esto se narra a través de la huida de la realidad de una mujer de mediana edad, inmigrante china, dueña de una lavandería, atrapada en una vida rutinaria llena de problemas burocráticos y domésticos, con su esposo, su hija, su suegro y sus clientes. A partir de un momento determinado, se le ofrecen a ella realidades alternativas, mundos posibles que podrían haber sido vividos, en medio de un caos de recepciones y estímulos imposibles de manejar con un mínimo de prudencia o racionalidad.

El vértigo de los caminos alternativos, que se abren al infinito en amenazante diversidad, es captado por el ritmo acelerado y la lluvia de imágenes. La película resulta un pequeño laboratorio de efectos y posibilidades. El problema es que desarrolla mucha más tecnología de la que se necesita para elaborar la idea central; a partir de cierto punto, la película se convierte en un clip, o en un juego electrónico atractivo en sí mismo, olvidando por completo el hilo conductor inicial.

Típica película hecha por jóvenes para jóvenes, despreocupada por la crítica o la especulación sobre la cruda realidad, más fascinada por los viajes a otros mundos, no porque estos sean “mejores”, sino porque su vertiginoso muestreo es placentero en sí mismo y ayuda a alejar a los espectadores de su aburrimiento existencial. Como es usual en muchas películas actuales, sobre todo en las que pasan en las tradicionales salas de cine, no se deja tiempo para el bostezo, de una atracción tiene que pasarse rápidamente a la próxima, sin descanso.

Curiosamente, una película con una idea extraordinaria no deja tiempo para que el espectador la elabore, porque no es elaborada por los propios autores, más ocupados con la pirotecnia que con las consideraciones más inquietantes y menos divertidas que se podrían extraer de la idea original.

Por otro lado, hay algo filosóficamente perverso en la idea de que la realidad se abre a infinitas posibilidades para ser exploradas. Las vidas humanas reales, especialmente en situaciones de explotación y despojo, están lejos de ser un maremoto de posibilidades. Incluso con condiciones económicas mínimas, cambiar de vida es sumamente difícil, y las posibilidades que se nos abren efectivamente son muy pocas. La gran mayoría de la gente vive sólo lo que se le permite vivir. Que una mujer del pueblo sea llamada de repente a salvar el mundo es solo una fantasía que cinco minutos de realidad son suficientes para destruir. En los discursos de agradecimiento, los premiados hablan de que "nunca debemos abandonar nuestros sueños", cuando la mayoría de las personas apenas si consiguen escapar de sus pesadillas. La película es un plato lleno para generaciones de personas aburridas, que bostezan cuando la acción se detiene. La película es tan rápida que no hay tiempo para pensar en la idea que pretende transmitir. Se mueve todo el tiempo, a un ritmo de juguete de centro comercial con el espectador manejando un auto sin frenos enfrentándose a miles de obstáculos por segundo. La diversión tecnológica ni siquiera está vacía de ideas: está vacía de la capacidad de desarrollar una gran idea.

Por lo tanto, cuanto más espectacular sea su visión, más rápido llegará el olvido. No es una película para pensar, sino para ser vista muchas veces, por el puro placer de las imágenes desenfrenadas. Decididamente, "cine lleno", lo contrario de lo que me interesa actualmente: cine vacío (ése que da el título a este grupo), lento e indirecto, más reflexivo que espectacular.

Leo Pimentel, miembro de este grupo, comentó algo interesante después de mi comentario particular: la película puede ser memorable por sus técnicas de montaje (y, de hecho, ganó el Oscar al mejor montaje, merecidamente en mi opinión). Y se refiere a una generación “(...) con miedo a la lentitud, ya que ésta exige que veamos algo que sucede en su momento de suceder”. Leo recupera su vieja idea de que actualmente "las películas se hacen para no ser vistas", para simplemente "tener la impresión de que algo pasó allí", como "(...) una mirada de reojo, donde él sólo percibe que algo se mueve, pero no vemos qué o a quien se enfoca”. Y: “(...) como uno tiene prisa, sólo importa el movimiento mismo. no importan los monótonos paisajes que pasan delante de nuestros ojos en un viaje en autobús, sino la velocidad de un avión, donde miramos toda una ciudad desde arriba y pensamos 'ahí sucede alguna cosa'”.

Creo que podríamos pensar por ese camino este tipo de películas –cuyos múltiples premios de Hollywood deberían verse como un síntoma– al menos si nos sigue interesando el potencial filosófico del cine. Este tipo de película no permite la reflexión. ¿Permitir qué entonces? ¿Qué pone en lugar de la reflexión? ¿O es reflexivo a su manera?

Todo lo que pongo aquí es tan sólo mi visión e invito a todos a defender la película, recordando que no la critico como diversión pura, sino como obra de importancia filosófica. Es claro que la visión filosófica sobre el cine no es la única (tenemos abordajes psicoanalíticos, sociológicos, antropológicos, etc), pero es la que me interesa. Ya escribí en algún lugar que si yo no fuera filósofo el cine no me interesaría en absoluto.

Abrazos,
Julio Cabrera.

1 comentários:

Silvio disse...

Bom dia, Cabrera. Tudo bem? Gostaria de falar com você. Você pode me enviar o seu email? O meu prof.silvio2008@gmail.com.

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